Hay niños que comen poco ¿Cómo saber si tu hijo es uno de ellos?
Actualizado: 7 nov 2021
Te esmeras preparando los alimentos en tu casa: balanceados, sazonados, variados y buenas porciones, pero no importa si es desayuno, almuerzo o cena, tus hijos siempre dejan algo y no se comen todo lo que serviste. ¿Te frustra? Pero sobre todo ¿sientes que no se está alimentando bien?

¡Calma! Es mi primer consejo.
Segundo, presta atención a estas recomendaciones y guías. ¡Sí hay solución!
Afuera el primer mito: no está mal que los niños no se coman todo. Seguramente más de una vez en un restaurante has pedido para llevar, porque no alcanzaste a comer todo tu plato, aunque estuviera delicioso. Entonces, ni tus hijos ni tú, son culpables de que en el plato quede comida.
¡Pero ojo! Si esto ocurre durante varios días, notas apatía, desgano, diarrea, vómito, fiebre, que no sube de peso y talla durante un tiempo, entonces acude al nutricionista o pediatra, porque hay algo que corregir y atender rápido.
A mí, a mis hijos, a ti y a los tuyos no siempre nos provoca lo mismo y eso es normal. Recuerda que no todos, pero sí muchos de los sabores de su preferencia, se los heredaste cuando estuvo en tu vientre a través del líquido amniótico. Aprovecha esta oportunidad para ir descubriendo qué alimentos prefiere sobre otros. ¿Ves? Ustedes son un equipo y juntos pueden vencer estos obstáculos.
El momento de la comida debería durar en promedio 20 minutos, pero relájate porque podría ser más o menos de esa cantidad de tiempo; ya que comer implica, entre otras cosas, experimentar con los alimentos, con lo que se incentiva mucho el aprendizaje y se estimulan varios sentidos al mismo tiempo.

En la página 39 de mi libro Nutrición con Sentido justamente te cuento que: la preocupación y la falta de información generan presión en el niño, causándole una mayor resistencia para comer y generando cambios en su conducta. Sean cuales sean los desafíos para tu hijo, la forma en que tú respondas es crucial y es algo que debe cambiar si fuera necesario hacia la alimentación perceptiva:
No obligar.
Alimentar con paciencia.
No persuadir para que coma.
No distraer ni utilizar pantallas.
Respetar el hambre y la saciedad del pequeño.
Reconocer las señales anticipadas de que ya está satisfecho: gira la cara, cierra la boca, dice 'no'; o que tiene hambre: muestra interés, abre la boca, pide comida, mira la comida, agarra con las manos.

¿Pero cuánto debe comer tu hijo?
Personas de tu edad seguro comen 50 % de la cantidad de comida que te sirves en el plato, o quizá doblan tus raciones diarias, así pasa con los niños, entonces no existe una regla de oro para afirmar que los niños comen mucho o poco, pues depende principalmente de la saciedad.
La clave está en la calidad de los alimentos que generan saciedad, pues allí el acto de comer cobra todo su sentido: nutrir el cuerpo. Es la meta final y más importante. Luego están el placer de saborear, masticar, explorar olores, sabores y texturas nuevas.
Foto portada: Pixabay.
Referencias usadas en este blog:
https://www.rominasancheznutricion.com/product-page/libro-nutrici%C3%B3n-con-sentido-formato-impreso